Indumentaria de Montana James. Imagen de Gary Stewart |
Sir Lex Cavation siempre quiso ser arqueólogo. Era ya un aficionado que gozaba de cierto prestigio entre los especialistas años antes de que el actor Forrison Hard diese vida en la pantalla grande al arqueólogo aventurero Montana James y con él diera paso a una generación de entusiastas de la apasionante ciencia sobre la que escribo la historia de esta semana. Sir Lex nunca quiso utilizar látigo y sombrero vaquero al estilo de Monty (recordará usted, querido lector, que el sobrenombre de Monty -o Montana- le viene del nombre de su gato, y que su nombre de pila era Harry, igual que el de su padre). Más bien, Sir Lex admiró siempre el estilo impecable -muy inglés- de uniforme color caqui, sombrero de explorador, puntualidad de cronógrafo y libreta de apuntes de su héroe de la infancia, Howard Carter, el célebre descubridor de la tumba de Tut-Ank-Amón.
Dicen sus
biógrafos de Sir Lex que su afición por la arqueología se desarrolló desde temprana edad y que sus
compañeros de colegio, abrumados por el raudal de conocimientos de su condiscípulo, se referían a él como Tut-Ank-Ansón, o Tut-Anm-Amón. Estamos ante un arqueólogo de los de verdad,
no un personaje de película que se debate entre la aventura, el romance y el riesgo. Sir Lex es enfático en señalar que el científico no
debe desear convertirse en una celebridad. Alguna vez, mientras revisábamos antiguos manuscritos en su biblioteca, me dijo: “Excavar, desenterrar, interpretar y comprender, esa es la meta
del arqueólogo; no se debe buscar la gloria, que llegará cuando sea el momento. Es más, justamente ahí viene. Gracias por el
tinto, Glorita”.
V.E.L.A. |
Es todavía motivo de discusión para los especialistas cuál es el aporte más significativo de Sir Lex Cavation a la arqueología
mundial. Bien podría ser el
descubrimiento de las profecías de San Agustín (tema que se trató en un número anterior de este
blog), o el hecho de ser pionero mundial en el uso arqueológico de dispositivos de visión
nocturna Vision Enhanced by Light Addition. (como el que aparece en la imagen, con sus siglas en inglés), técnica que él reconoce haber adoptado de la siniestra contraparte del arqueólogo: el saqueador de tumbas; o –finalmente- sus estudios
sobre la cultura Muisca.
Impulsado
por su incesante afán de conocer y entender los restos materiales de las antiguas culturas, Sir Lex Cavation realizó uno de
los más avanzados, profundos y detallados estudios de toda la arqueología precolombina,
prechocolatina y prebombombuna: la interpretación exacta del significado de la Balsa Muisca, la más célebre pieza de
orfebrería en la historia del continente americano.
Poporo Quimbaya. Imagen del Banco de la República |
Encontrada
en una vereda del municipio de Pasca, en el año de 1969 por tres pastorcitos,
la madre de Dios, descubre el misterio de su corazóóóón… avéééé avéééé, ave María... ¡Ejem! Disculpen ustedes. En un exceso de entusiasmo me equivoqué de historia y de canción. Entonces, encontrada en el año de 1969 por tres campesinos, en una cueva de una vereda del municipio de Pasca, al interior de un recipiente de cerámica,
en la actualidad la Balsa Muisca forma parte de la colección del Banco de la República y se
exhibe en el Museo del Oro, en Bogotá, junto con el también mundialmente
reconocido Queen Bay's Golden Pop, o Poporo Quimbaya.
La
explicación tradicional, aceptada por la mayoría de la comunidad científica, en torno a la Balsa Muisca la relaciona con la leyenda de El
Dorado, un lugar legendario enclavado en las alturas de la cordillera de los Andes, en el que los vuelos llegaban a tiempo y partían
sin retrasos, donde no había demoras por mal tiempo ni por filas en migración, había servicio de cargadores de equipaje, las señoritas de las aerolíneas atendían
bien a los viajeros, las donas eran baratas, las achiras frescas, los jugos sabían a fruta, los sitios de parqueo eran suficientes y a un costo razonable, y el Transmilenio
llegaba hasta la puerta de entrada.
En
contraposición, la evidente y realista explicación que provee Sir Lex no requiere de
lugares míticos ni de monstruos de fantasía como gárgolas, dragones o suegras,
no. Pura, simple, contundente e indiscutible realidad. Para no abusar de su paciencia, apreciado lector, en lugar de transcribir el texto del estudio sobre la balsa, presento este documento histórico: una imagen, con anotaciones manuscritas de Sir Lex Cavation, en las que realiza la correcta interpretación del significado de la Balsa Muisca.
Esto es un HIT mundial . . . Creo que la literatura va a cambiar de escenario muy pronto . . . @tumontes
ResponderEliminarExcelente. Que buen texto y además tan informativo!
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